Lenguaje inclusivo vs. lenguaje inclusivo no sexista en la documentación administrativa

La implementación de políticas de igualdad en las administraciones públicas requiere entre otras medidas una revisión y adaptación del lenguaje utilizado en la documentación oficial. En este contexto, es esencial diferenciar entre el lenguaje inclusivo y el lenguaje inclusivo no sexista, ya que cada uno tiene un enfoque y alcance específicos en la promoción de una comunicación equitativa y respetuosa. En este artículo exploraremos las diferencias entre ambos enfoques y su aplicación en la documentación administrativa para promover la igualdad de género y la inclusión de todos los colectivos.

El lenguaje inclusivo en la administración busca representar de manera equitativa a todas las personas, sin importar sus características sociales, culturales, físicas o identitarias. Este enfoque amplio se orienta hacia la inclusión de diversos colectivos que pueden sentirse marginados o invisibilizados en los discursos oficiales, como personas con discapacidad, comunidades LGBTIQ+, minorías étnicas y otros grupos vulnerables.

En cuanto a las estrategias de aplicación, se incluye el uso de términos neutros para sustituir términos específicos de género. Por ejemplo, en lugar de “el ciudadano”, se puede utilizar “la ciudadanía” o “la persona ciudadana”. Además, se promueve evitar el uso de “hombres” como sinónimo de humanidad, optando por términos más inclusivos como “personas”, “individuos” o “población”. También se busca visibilizar identidades no binarias mediante la incorporación de pronombres y terminaciones neutras, y se fomenta el uso de frases inclusivas que no se limiten al binarismo de género, como “todas las personas involucradas” en lugar de “todos los involucrados”.

Respecto a la diversidad cultural y de capacidades, se propone adoptar una terminología respetuosa y actualizada para referirse a distintos colectivos en el ámbito de la administración pública. Por ejemplo, es preferible utilizar términos como “personas en situación de vulnerabilidad” en vez de “discapacitados” o evitar el uso de otros términos que puedan llevar connotaciones negativas o estigmatizantes.

Por otro lado, el lenguaje inclusivo no sexista se enfoca específicamente en eliminar el sesgo de género en la comunicación administrativa. Este enfoque es crucial para combatir el androcentrismo en el lenguaje oficial y asegurar que las mujeres sean visibilizadas y representadas equitativamente en todos los documentos. Las estrategias incluyen el desdoblamiento de géneros, utilizando formas dobles como “los ciudadanos y las ciudadanas”, “los empleados y las empleadas”, tanto en títulos, encabezados y formularios para asegurar la visibilidad de ambos géneros. Además, se sugiere evitar el uso genérico del masculino, optando por alternativas más inclusivas como “las personas interesadas” o “las personas participantes”, y alternar el uso de masculino y femenino en textos largos para mantener un equilibrio y visibilidad equitativa. También se recomienda el uso de sustantivos colectivos que engloben a todos los géneros, como “equipo”, “personal” o “plantilla”.

Para lograr una implementación efectiva del lenguaje inclusivo y del lenguaje inclusivo no sexista en la documentación administrativa, es fundamental la formación y sensibilización del personal administrativo sobre la importancia de estas prácticas. Se deben promover talleres y charlas que aborden tanto la teoría como la práctica del uso de un lenguaje inclusivo y no sexista. Asimismo, se debe realizar una auditoría de los documentos existentes para identificar y corregir el lenguaje excluyente o sexista, y desarrollar plantillas y manuales que incluyan pautas claras para el uso de estas prácticas. Es esencial establecer políticas internas que obliguen al uso del lenguaje inclusivo y no sexista en todos los documentos y comunicaciones oficiales, e incluir cláusulas específicas en normativas y reglamentos que promuevan y regulen el uso de este tipo de lenguaje.

Además, se deben proveer listas de términos recomendados y ejemplos prácticos para facilitar la adopción de un lenguaje inclusivo y no sexista, y utilizar software y aplicaciones que ayuden a detectar y corregir el lenguaje no inclusivo o sexista en los textos administrativos. Puedes leer un artículo anterior sobre esto en nuestro blog.

En conclusión, la adopción de un lenguaje inclusivo y un lenguaje inclusivo no sexista en la documentación administrativa es una herramienta poderosa para promover la igualdad de género y la inclusión de todos los colectivos en la sociedad. Al diferenciar y aplicar ambos enfoques de manera consciente, las administraciones públicas pueden asegurar una comunicación más equitativa y respetuosa, contribuyendo a la construcción de una sociedad más justa y diversa.

Desde NUTCO nos dedicamos activamente a asegurar que todos nuestros documentos cumplen con los más altos estándares de igualdad. Es parte integral de nuestra misión garantizar que cada pieza de documentación que producimos refleje y promueva la equidad en todas sus formas. Esto implica no solo cumplir con las normativas legales vigentes en materia de igualdad, sino también fomentar un ambiente inclusivo donde todas las personas sean respetadas y representadas adecuadamente en nuestros registros y comunicaciones oficiales.